DOMINGO XXXIII -Ciclo C-
Domingo 16 / Nov
Lc 21, 5-19
Perseverancia para la salvación
El Evangelio de hoy es de esos que nos sacuden, porque Jesús habla del fin de los tiempos. Pero en realidad, Jesús no quiere meternos miedo, sino despertarnos, llamarnos a volver a Él con todo el corazón.
1. Cuidado con los falsos salvadores
Jesús comienza diciendo que “muchos vendrán diciendo: yo soy”.
Es decir, muchos querrán ocupar su lugar. Y eso pasa hoy, hermanos. No solo con falsos profetas, sino con personas, ideologías y hasta modas que intentan decirnos:
— “Lo que Jesús enseñó ya está pasado.”
— “El Evangelio hay que ajustarlo.”
— “La Iglesia debe cambiar lo que Cristo dijo.”
Pero la verdad es clara:
Jesús no pasa.
Jesús no se equivoca.
Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.
Nadie puede corregirlo. Nadie puede actualizarlo. Nadie puede ponerse por encima de Él.
En América Latina vemos tantas voces que pretenden reemplazar a Cristo: gurús espirituales, filosofías de autoayuda, religiosidades baratas, promesas de éxito rápido, ideologías que destruyen a la familia, supuestos “profetas” que hablan sin haber escuchado a Dios… Todo eso nos confunde.
Y Jesús hoy nos dice:
“¡No se dejen engañar!”
2. No tengas miedo: Dios está contigo
Se han anunciado fines del mundo a cada rato. Desde el año 1000, pasando por el 2000, y hasta fechas más recientes donde algunos predicadores asustaron al pueblo diciendo que ya venía el fin.
Pero Jesús nos dice:
“No se alarmen… todavía no es el final.”
El único fin seguro que tenemos es nuestro final personal.
Y eso sí es real.
Un día —cuando Dios quiera— nuestro corazón se detendrá. Y en ese instante, hermano, hermana, vas a ver el rostro del Señor.
Y allí no servirá el dinero, ni los títulos, ni los cargos, ni los aplausos.
Allí solo valdrá una cosa:
¿Amé?
¿Perdoné?
¿Perseveré en la fe?
¿Viví como hijo de Dios?
3. Las pruebas llegarán, pero Dios no te deja solo
Jesús también nos advierte que vendrán pruebas, persecuciones, incomprensiones.
Y en nuestra sociedad esto se siente fuerte:
✓cuando en tu familia te critican por ir a Misa,
✓cuando en tu trabajo te ridiculizan por vivir tu fe,
✓cuando te quedas solo por mantener tus valores.
Pero Jesús te hace una promesa bellísima:
“Yo les daré palabras y sabiduría.”
No te dejará solo.
No te dejará caer.
Él mismo hablará por ti cuando llegue la prueba.
4. La clave del Evangelio: la perseverancia
Y termina Jesús diciendo una frase que es un tesoro, un programa de vida:
“Con su perseverancia salvarán sus vidas.”
No basta empezar.
No basta emocionarse un rato.
El Reino se hereda perseverando:
perseverar en el amor,
perseverar en la fe,
perseverar en la oración,
perseverar después de cada caída.
Hermanos:
La salvación es el gran negocio de la vida.
5. La Buena Noticia (el kerigma): Dios te ama y te espera
Hoy Jesús te dice:
— No tengas miedo.
— No estás solo.
— Yo vencí al mal y a la muerte.
— Tu vida tiene destino: el cielo.
— Pero necesitas caminar conmigo, confiar en mí, perseverar conmigo.
El Señor no viene a condenarnos:
viene a salvarnos, a levantarnos, a abrazarnos con misericordia.
Él no se cansa de ti.
Él no te abandona.
Él sigue apostando por tu salvación.
Por eso hoy, antes de terminar el año litúrgico, el Señor nos grita con amor:
“¡Regresa a mí!
¡Persevera!
¡No te rindas!
¡Te quiero conmigo para siempre!”
Que la Virgen María, la madre fuerte, nos enseñe a permanecer firmes en medio de las tormentas y a vivir cada día como quien sabe que el cielo merece la pena. ¡Qué así sea!