FIESTA DE LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA / NUESTRA SEÑORA DEL VALLE
Queridos hermanos,
Hoy celebramos con gozo el nacimiento de la Virgen María, la llena de gracia, la aurora de la salvación. Su nacimiento es motivo de alegría para toda la Iglesia, porque en ella comienza a brillar el plan de Dios para la redención del mundo. Como una pequeña semilla que anuncia la cosecha, así el nacimiento de María anuncia el nacimiento de Jesús, el Salvador.
La liturgia nos invita a contemplar que Dios prepara con amor cada paso de la historia. María no aparece por casualidad: fue pensada, amada y elegida desde siempre para ser la Madre del Hijo de Dios. Su nacimiento trae esperanza, porque significa que se acerca el cumplimiento de las promesas hechas a los patriarcas y profetas.
La Virgen nos enseña hoy varias cosas:
Primero, que nuestra vida no es fruto del azar, sino de un proyecto de amor de Dios. Cada uno de nosotros, como María, tiene una misión en la historia de la salvación.
Segundo, que el camino de Dios se prepara con humildad y sencillez. María nació en un hogar sencillo, pero de su pequeñez brotó la grandeza.
Tercero, que la verdadera alegría no está en lo que poseemos, sino en la apertura confiada al plan de Dios.
Al celebrar su nacimiento, podemos preguntarnos: ¿nuestra vida es motivo de esperanza para los demás? ¿Nos dejamos moldear por Dios como lo hizo María?
Pidamos hoy a la Virgen que nos enseñe a vivir con fe, a decir “sí” a Dios en las pequeñas cosas de cada día, y que nuestro paso por este mundo sea, como el suyo, un anuncio de la presencia de Cristo.
Hoy también el pueblo venezolano, especialmente el oriente del país, se llena de alegría para celebrar a la Virgen del Valle, nuestra Madre y patrona. En su imagen sencilla y tierna reconocemos la cercanía de María, la mujer de fe que nos conduce siempre a su Hijo Jesús.
La Palabra de Dios nos recuerda que María es la mujer creyente que se fía totalmente del Señor. Ella se convirtió en Madre de Dios no solo por haberlo llevado en su seno, sino sobre todo por haber acogido la Palabra con un corazón abierto y obediente.
Nuestra Madre del Valle nos enseña tres actitudes:
1. Confiar en Dios en medio de las pruebas. Venezuela vive momentos difíciles, pero María nos anima a no perder la esperanza, porque con Dios siempre hay futuro.
2. Caminar en unidad y fraternidad. Como Madre, ella reúne a todos sus hijos bajo su manto, sin distinción de colores ni ideologías.
3. Ser solidarios y cercanos. María nos invita a mirar al necesitado, al enfermo, al que sufre, y tenderle la mano como ella lo hizo en Caná, intercediendo por quienes se quedaron sin vino.
Hoy le decimos: Virgen del Valle, Madre querida, acompaña a tu pueblo. Enséñanos a confiar como tú, a trabajar por la justicia y la paz, y a mantener viva la fe que recibimos de nuestros mayores.
Que esta fiesta no sea solo devoción, sino compromiso: si amamos a María, debemos parecernos a ella en humildad, servicio y amor a Jesús.
Hoy también celebramos con alegría a nuestra Madre, la Virgen del Valle, patrona del oriente venezolano. Su fiesta es un regalo para todo el país, porque María nos recuerda que no estamos solos: ella camina con su pueblo y nos lleva siempre a Jesús.
La Virgen nos enseña tres cosas sencillas:
1. Confiar en Dios, incluso en los momentos difíciles.
2. Vivir como hermanos, sin divisiones ni rencores.
3. Ser solidarios, ayudando al que más lo necesita.
Al mirarla, sentimos que su ternura y su intercesión nos acompañan. Pongamos en sus manos a nuestras familias, a los enfermos, a los que han tenido que irse del país y a toda Venezuela.
Que la Virgen del Valle nos cubra con su manto y nos enseñe a vivir en paz y esperanza. !Qué así sea!