SANTA RITA DE CASCIA -22 DE MAYO-


Jueves 22 / May
Santa Rita de Cascia

Rita fue una mujer de una extraordinaria personalidad, impresionante todo lo que le tocó vivir y todo lo que Dios le regaló en sus 76 años de vida. 

Fue casada con un hombre violento que incluso llegó a matar a su propio padre, al padre de Santa Rita. Sin embargo, esta mujer con su paciencia, con su mansedumbre, con su oración; logró que su marido fuera poco a poco cambiando. Era militar, capitán de ejército guerrillero que estaban en contra del Papa, pero cuando se fue convirtiendo, gracias al ejemplo de su mujer, abandonó las armas, se dedicó al trabajo en el campo y comenzó a ser un hombre transformado. No obstante, su pasado de tantas fechorías le consiguió muchos enemigos y fue víctima de la venganza, por lo que fue asesinado.

Santa Rita de ese modo queda viuda, aún muy joven, tenía dos hijos y los hijos tenían obligación, por ley, a dar muerte a quienes habían asesinado a sus padres. Santa Rita pidió al Señor que eso no ocurriera, pero no pidió lo qué tenía que suceder para que eso no ocurriera. Los dos hijos murieron de forma natural. Entendió entonces Santa Rita  que en el plan de Dios estaba haberse llevado a sus hijos antes que se convirtieran en asesinos. 

Siempre había querido consagrarse a Dios y en su pueblo había un monasterio de monjas Agustinas, pero en el monasterio había una hermana de su marido que se opuso a que Santa Rita ingresara al convento porque ella no había cumplido con la ley de venganza y de honor de su marido. A la final logró ser admitida y allí vivió el resto de su vida.

Un viernes santo quedó tan conmovida por una predicación de la Pasión del Señor que le pidió al Señor participar de alguna manera del dolor de su agonía. Y el Señor le envió una espina de su corona que se le clavó en la frente. Una herida que se convirtió en una llaga tan nauseabunda que ninguna monja quería estar cerca de ella. 

El día de su muerte le pidió a una hermana de su convento que le trajera una rosa y un higo en pleno invierno, la hermana fue al jardín y milagrosamente los encontró bajo la nieve.  Esa rosa tenía un olor tan potente que pudo tapar el olor putrefacto de su estigma en la frente. Desde entonces las rosas es uno de sus signos más emblemáticos

El Señor le regaló a Santa Rita el don de la intercesión. No el don de hacer milagros, porque los milagros solo los hace Dios, sino el don de interceder por nuestras causas más imposibles. Por eso ha merecido llevar el título de Abogada de las causas perdidas. 

Yo puedo decir que es verdad. Ella siempre me ha acompañado desde mi inicio de la formación sacerdotal en la Casa de Formación "Santa Rita de Cascia" de los PP. Agustinos, tanto que fui ordenado sacerdote en su día, por eso es mi madrina de ordenación, y me ha acompañado durante estos 26 años de ministerio, en mi oraciones de cada día, en mis cansancios, en mis crisis, en mis logros. ¡Gracias Santa Rita!   

Y como yo, miles y Miles de devotos pueden dar testimonio de como nuestras angustias, y la de nuestros familiares y amigos,  han alcanzado el Amén de Dios. 

El problema no está en pedir a Dios, hay que hacerlo con insistencia y con fe; el problema está en no dar gracias. Si tú recibes una gracia, tienes que dar gracias  con las obras, no con palabras. Por eso después de decir: "Gracias Señor", tenemos que decir: "Aquí me tienes Señor", dispuesto a cumplir siempre tu voluntad.

Señor te pido, te doy gracia, pero también me ofrezco. Cuando hay humildad esto se entiende. Sin humildad es muy difícil, porque siempre vamos a creer que tenemos derecho a exigir y no tenemos la obligación de ofrecer. 

Hoy pídele a Santa Rita, por alguna causa imposible que tengas tu o algún familiar o un amigo, o por la Patria, por el mundo, pide su intercesión de modo humilde, y agradeciendo de antemano, ofreciendo a Dios querer cumplir siempre su voluntad. ¡Qué así sea! 

Entradas más populares de este blog

Algo de mi, 25 antes y después.-

VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO -Ciclo C-

GRACIAS VIRGEN DE LA CABEZA