EL BAUTISMO DEL SEÑOR -Ciclo C-
Lc 3, 15-16.21-22
«Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos».
¿Qué enseñanza tiene este acto del bautismo del Señor si él no necesitaba del Bautismo penitencial del Bautista porque el no tenía pecado? El quiso, lo mismo que con la Encarnación, hacerse uno de nosotros; meterse en la cola de los pecadores. Instituye con su Bautismo el Bautismo cristiano, distinto al del Bautista.
En esta fiesta es oportuno meditar acerca del bautismo, ¿qué significa ser bautizado? Y más ahora cuando hay tantos paganos bautizados, por muchas catequesis que se hagan. Igual me permiten hacer un poco de catequesis en esta homilía, porque "lo que antes sabían los niños hoy no lo saben los mayores", decía el Papa Benedicto XVI.
Lo primero es que el Bautismo nos borra el pecado original, es el único pecado que se hereda; y que pasa de generación en generación. Los pecados personales no se heredan, y yo no tengo por qué padecer las consecuencias de los pecados de mis padres. Pero con el pecado original nacemos todos y existe en nosotros hasta el momento del bautismo.
Lo segundo es que el Bautismo nos hace hijos de Dios. No todos somos hijos de Dios, es un error teológico decir eso. Una cosa es decir que somos criaturas amadas de Dios y otra cosa es decir que soy hijo de Dios. Soy hijo, y eso por el bautismo, por adopción. No por naturaleza, por naturaleza somos hombres, no somos dioses. Solo Cristo es Hijo Único del Padre y es Dios, además de hombre por la Encarnación.
Por eso tenemos que darle gracias a Dios por el honor que nos da el hacernos partícipes de su familia: hijos adoptivos, hermanos adoptivos de Cristo. Es la sangre de Cristo, es el Agua, es el Espíritu el que nos ha dado este don.
Tercero, el bautismo nos hace miembros de la Iglesia. Y allí es donde viene el problema. Es tanto el bombardeo que nos han informados los medios acerca de los pecados-delitos de algunos curas que hoy ya no nos damos cuenta de lo que significa ser católico. Se quedan fuera porque no saben que la Iglesia se viene a buscar el tesoro, no se viene a buscar a los pecadores.
Y la Iglesia tiene puertas abiertas. Aquí a nadie se les puso requisitos para entrar. Aquí nadie vio el cartel de algunos restaurantes: -se rererva el derecho de admisión- Otra cosa es que algunos hoy no puedan comulgar, pero eso no significa que no hayan estado en Misa, hallan estado en la Iglesia escuchando la Palabra y haciendo comunión espiritual.
Pero muchos se quedan afuera porque no saben el tesoro que hay dentro. ¿Y cuál es el tesoro que hay en la Iglesia? El tesoro es Cristo. Aquí hemos venido a buscar a Cristo. Es un gravísimo error teológico pensar que la Iglesia son los curas o los obispos. La Iglesia es el Pueblo de Dios, es el Cuerpo Místico de Cristo. La Iglesia es Cristo, Cabeza de la Iglesia, de la cual también formamos parte nosotros, y la Virgen María, y los santos, y las animas del purgatorio.
Pero el tesoro de la Iglesia es Jesucristo, si tú no sabes eso te quedas fuera y no entras . Y te quedas fuera diciendo: este cura ha hecho una fechoría, y a lo mejor es verdad; pero la mayoría de los curas no han cometido fechorías; o dices: "este cura es un pecador" y eso es verdad; todos los curas somos pecadores, pero también los laicos son pecadores, ¿o acaso los laicos son santos y no se confiesan? Aquí somos todos pecadores. Pero el tesoro, lo único que vale la pena aquí es Cristo, Nuestro Señor.
Es Cristo nuestro tesoro. Yo para celebrar mis bodas de plata sacerdotales tuve tres días de retiro para hacer memoria agradecida de mi vocación y mi ministerio; y recordé que lo que en mi despertó la vocación no fueron los ritos de la Iglesia, ni la litúrgia, ni el incienso, ni las vestiduras; tanto que yo vine a saber lo que era una sotana cuando estaba dentro del Seminario.
Lo que a mí atrajo de la Iglesia fue Cristo, la persona de Cristo: su vida, su palabra, sus acciones, su compasión por los pobres. Y eso fue lo que me motivó a dar el paso por Cristo, el tesoro de la Iglesia.
Yo quisiera que se imaginarán que están frente a un lodazal de cerdos y se encuentran una perla preciosa, un diamante de gran valor de millones de dólares. ¿Qué harías? ¿Te meterías en el barro y después te duchas y te echas perfume y ya está? ¿O dirás: "yo aquí no me meto porque yo soy muy exquisito, me puedo contaminar'? En ese momento lo que se ve es el barro, que es el pecado; pero en medio de ese barro está Jesús, la perla preciosa.
Existe el barro, existe el pecado por desgracia, pero en medio está Jesús que es la perla preciosa. Jesús que nos da la fuerza. Nosotros sabemos que solo Jesús da la fuerza para llevar adelante la conyugalidad, la formación de los hijos, la enfermedad, la muerte, la muerte de los familiares. Tengo varios amigos que perdieron sus seres queridos en Navidad y pido al Señor les de la fuerza para afrontar eso. Solo con Cristo. Por eso estamos en la Iglesia.
No te dejes llevar por los que dicen: es que en la Iglesia hay mucho pecado, como si fuera de la iglesia no hubiese pecado. Y se quedan de la puerta para fuera. Es que en la Iglesia hay curas pederasta, y por desgracia es verdad; pero solo el 0,005, porque los números dicen que el 75% de los casos son producto del incesto: padres, tíos, hermanos mayores abusadores.
Hay pecado, es verdad; pero aqui está Cristo, el tesoro, la piedra preciosa. Hay barro, de acuerdo, pero yo no me quedo sin esa piedra preciosa por el hecho de que haya barro.
Por lo tanto, ¿qué significa ser bautizado? Y es lo que tenemos que recordar hoy y siempre:
1. He sido perdonado de mis pecados.
2. Hemos sido hechos hijos de Dios.
3. Me encuentro con Cristo en la Iglesia, y ese es mi mayor tesoro. ¡Qué así sea!