SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE COROMOTO

Hoy celebramos en toda la extensión de nuestra Patria a nuestra Patrona la Virgen de Coromoto. 

Es María que en el siglo XVI vino a nuestra tierra, se apareció en los llanos de Guanare en calidad de misionera, de evangelizadora y catequista. 

Llega caminando sobre las aguas, como lo hacía su hijo, al asentamiento indígena de esas riveras del río Tucupido y les dice a los indios que vayan donde los blancos para que les enseñen, les echen agua a la cabeza y vayan al cielo. Fijense la gran catequista que tuvieron esos indiecitos hermanos nuestros.

Ellos quedaron admirados por la belleza de esa señora, a quien llamaban la bella dama. Y confiaron en ella y se fueron donde los blancos pero allí les pareció algo rudo cambiar de cultura, vestirse, ponerse zapatos, aprender otra lengua, comer de otro modo, etcétera. Por eso se devolvieron al monte.

El cacique de esa tribu se llamaba Coromoto y era el que se comunicaba con Ella, y la Virgen insistió. La evangelización es un trabajo de insistencia, no de fuerzas y violencia, pero si de mucha insistencia, por eso María se apareció en la casa de Coromoto y se aparece esta vez a toda la familia. Es la primera vez que María se aparece a una familia. En esa choza estaban Coromoto, su esposa, su cuñada y su sobrino. 

María le dice que por qué se devolvió, que vuelva. Que quiere ayudarlos a salvar. Coromoto se puso bravo y le lanzó una flecha. Pero ella desapareció y dejó una pequeña reliquia del tamaño de una moneda. Esa pequeña reliquia es la base de las imágenes que conocemos. El indio la envolvió en palmas y la guardó en el techo del bohio pero su sobrino se la robó y se la llevó a los blancos. 

¿Qué pasó con Coromoto? La Virgen sigue preocupada por su salvación y el indio antes de morir por una picadura de serpiente se hace bautizar y de seguro se fue al cielo. Gracias a María.

Que Ella, la Virgen de los llanos, nos traiga de Dios tiempos de paz y de esperanza. Que bendiga a todas las naciones y seamos como ellas insistentes como la Virgen para ir al cielo, nuestra Patria definitiva. 

¡Qué así sea! 

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