XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO -Ciclo B-

DOMINGO 11 / AGO
Jn 6, 41-51
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo»

Jesús hoy continúa en este capitulo sexto del evangelio de Juan con su catequesis del Pan de Vida. 

Comenzamos con la multiplicación de los panes, la corrección a quienes lo buscan para hacerlo Rey y la posición frontal de Jesús que les dice que es el Pan bajado del cielo. 

La gente sigue murmurando y criticando a Jesús, pero Jesús le da una respuesta, les dice: «No critiquen. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado» y añade: «No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: Ése ha visto al Padre». Es decir su Hijo que viene del cielo.

Este discurso-catequesis de Jesús es muy importante porque a veces corremos el peligro de caer en el reduccionismo de creer que solo está haciendo referencia a la Eucaristía -Pan/Hostia/Trigo- Pero resulta que hoy Jesús nos quiere enseñar que Él es Pan de Vida en dos sentidos: Pan de la Palabra y Pan de Alimento. 

Por eso la celebración Eucarística está dividida en la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística. Esto hay que tenerlo claro, porque sino nos perdemos. 
Si esto lo entendemos así, significa entonces que toda palabra que sale de la boca de Jesús, es palabra que alimenta nuestra alma y nuestro espíritu. Por lo tanto si Dios quiere atraer a alguien hacia Jesús para que crean que verdaderamente es el Hijo de Dios, no hay otro camino que el mismo Jesus y escuchar su Palabra. 

Ahora teniendo en cuenta eso, Jesús clarificando que el que le escucha tiene que aprender a creer en Él. Aquí vendría otro cuestionamiento, lo escuchaban y no creían en Él, ¿por qué? 

¿Por qué tampoco no le creemos nosotros si lo escuchamos? Esto viene con una triple respuesta. 

1. A veces creemos que ya nos la sabemos todas. Si dijéramos vamos hacer una catequesis para adultos de iniciación cristiana muchos enseguida dicen: ¿para qué si ya yo hice la comunión y la confirmación? Pero allí indirectamente está el no reconocer a Jesús que nos alimenta con su Palabra, el pan de la palabra. Necesitamos catequesis, por medio de ellas Jesús nos alimenta con su Palabra.

2. Lo segundo es el orgullo. Resistimos los cambios. No hablo solo de conversión que bastante falta hace. Hablo de un orgullo de no reconocer que he fallado, nos cuesta pedir disculpas, nos cuesta rezar más de lo que lo hacemos, porque rezamos muy poco.

3. Lo tercero es la distracción. Eso lo vemos aquí en la Eucaristía, hay personas que al dar la bendición final se le resetea el disco duro. Por eso la palabra del Señor nunca va a hacer efecto, porque todo se olvida.

Teniendo en cuenta eso, entonces es importante ver a Jesús en la Eucarística como Pan de la Palabra y Pan Espiritual, Pan Eucarístico de Vida. 

Por eso es importante complementar, es importante tener la disposición y estar preparados para comulgar, para comer el Pan de Vida. Si usted tiene buena salud no puede conformarse con ver la Eucaristía por Youtube, porque por Youtube no puede comulgar.

Una vez un protestante dijo que éramos los católicos unos fariseos, ¿por qué? Porque decimos que Jesús está presente en el Pan y Vino y resulta que no vivimos como si realmente Jesús está entre nosotros. No solo porque lo dejamos solo en el Sagrario, sino porque venimos aquí a la Eucaristía y andamos sin situarnos, sin motivación, sin saber por qué estamos aquí. ¿Será que nos hemos acostumbrado? ¿Por eso será que no le damos el valor que deberíamos darle?

Antiguamente, y hasta el siglo pasado, la gente podia comulgar solo una vez al mes, antes una vez al año; algunos una vez a la semana. Imagínense como iba la gente preparada a la comunión, iban con ilusión, iban con alegría. Iban a recibir a Jesús. 

A comienzos del siglo XX el Papa Pio X decidió hacer un cambio para que la gente pudiera participar de la comunión y pudieran comulgar todos los días. Pasamos a otro extremo. Por eso la Iglesia empezó a reeducar nuevamente a la gente en la celebración Eucarística y por eso dice dentro de la legislación canónica que debemos participar de Eucaristía completa.

También quiero recordarles los tres tipos de panes a la luz de la Palabra de hoy:

1. Primer pan. El pan de cada día, el que pedimos en el Padre Nuestro. Es un pan caduco que dura de 12 a 24 horas. 

2. El segundo pan es el pan de los angeles o el pan de la oración, dura más de 24 horas, pero da fortaleza para seguir adelante, ayuda para que cumplamos la misión que a veces es muy superior a nuestras fuerzas. Como el que le ofreció el angel a Elías (primera lectura), que estaba cansado y agobiado por la persecución que le montó la reina Jetzabel. Elias lo comió y tuvo fuerza 40 días, hasta llegar al monte Horeb.

Nosotros en la vida vamos a tener caminos por encima de nuestras fuerzas. Por ejemplo el matrimonio, el sacerdocio. ¿Qué hace que perseveremos? El pan de los Ángeles. ¿Cuál es ese pan? La Oración. 

Tenemos entonces el Maná que es un pan para un día, tenemos la oración que es el Pan de los Ángeles que da fuerza para 40 días, y tenemos...

3. El Pan bajado del cielo que es Jesucristo mismo y es un pan que da la Vida Eterna. No es cualquier cosa, no es solamente para este mundo, sino que nos ayuda a ganar el Reino de los Cielos. 

Por eso es tan importante descubrir el valor de la Eucaristía, es verdad que a veces es un misterio que sobrepasa, incluso a nosotros los sacerdotes, quedamos sin palabras.

Y ese es el Pan al que Jesús nos invita a que no nos acostumbremos a un rutina, sino que descubramos el amor tan grande que Dios nos tiene para alimentarnos y no quedarnos con la pura oración que da fuerza para 40 días. Ejemplo la gente que dice no fui a Misa, pero recé el Rosario, recé la coronilla, recé laudes, sí está bien siga orando, pero también participe del pan que da la vida eterna.

Si tú no entiendes esto hoy es porque eres terco, o porque estás distraído o porque eres muy soberbio. Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a nutrirnos de Jesucristo, el Pan de Vida. ¡Qué así sea!





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