XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO -Ciclo B-


Domingo 21 / Jul
Mc 6, 30-34
«Andaban como ovejas sin pastor»

Continuamos con el Evangelio del domingo pasado, hoy los discípulos regresaron de los pueblos a donde Jesús los había enviado. 

Hoy Jesús se nos muestra como el Bueno y Verdadero Pastor. Todos los demás ministros participamos de ese pastoreo para guiar a las ovejas hacia Él, el Buen Pastor que nos lleva a las fuentes de la vida, a los pastos de la salvación. 

Hoy con tantas ideologías de muerte, hay muchos pastores que no anuncian a Jesucristo con verdad y convicción. Por eso el Señor dice hoy por medio del profeta Jeremías recrimina a esos falsos pastores y dice que reunirá a sus ovejas por donde fueron desperdigadas y les dará otros pastores que las apaciente.

Jesús recrimina el mal pastoreo de quienes tienen la responsabilidad de guiar a los suyos por los caminos de la verdad y del bien. El pastoreo no está reducido al ámbito religioso eclesial. Todos somos pastores: padres, madres, maestros, políticos, etcétera. A todos se nos exige que ejercitemos la vocación del pastoreo del que Cristo hoy nos habla.

¿Por qué Jesús es tan Buen Pastor? Porque se hizo también oveja, también fue el cordero. Es el Cordero de Dios. Por eso el mismo ha pasado este camino nuestro, esta cruz nuestra. Por eso sabe lo que siente y padece una oveja, porque Él se hizo oveja.

El demonio quiere quitarnos la imagen de Dios, por eso todas estas ideologías de género que confunden al hombre de hoy y que le quitan su imagen. Si no saben si es hombre o mujer, ¿cómo va saber que es imagen de Dios?

En el evangelio de hoy los apóstoles han regresado ante Jesús llenos de alegría, alegres porque han visto las maravillas que han hecho, han visto a los enfermos sanar, a los poseídos liberarse del demonio, han visto que la felicidad se restituye en los hombres y mujeres a los que anunciaban la conversión.

Por eso ellos vuelven llenos de esperanza. Y Jesús los invita a descansar pero en eso sucede un imprevisto porque ve otra multitud y se compadece de ellos porque los ve como ovejas sin pastor. No es hora de descansar, es hora de colaborar con Cristo a apacentar a sus ovejas, a llevarlas a las fuentes de la vida y a los pastos de la salvación.

Hoy también Jesús nos invita a descansar en nuestro corazón, cuando confiamos en Él, descansamos en Él aunque sucedan imprevistos, aunque vengan cosas adversas y contrarias a nuestros planes.

El gran mal de nuestro tiempo es algo que se llama stress. Es ese querer hacer todo en poco tiempo, pero resulta que la vida no nos lo permite, porque la vida son 24 horas, no 80. !Gracias a Dios! Por eso Jesús cambiará tu vida si se lo permites.

El evangelio de hoy te invita a confiar en Jesús, no todo depende de ti. Hay circunstancias que nos abruman, deja que el Señor te ayude.

Entregale a Jesús tu vida, tus afanes, tu familia. Al fin de cuentas, el dueño de nuestras vidas es el Señor.

Ofrecele al Señor todo lo bueno, pero también todo lo que te cuesta, como las enfermedades, las dificultades, los defectos. Ofrécelas por tu salvación y la salvación de todos los que viven contigo.

Descansa en el Señor, busca espacios de tranquilidad, no todo puede ser trabajo. No necesariamente ir a la playa o al río. Sino también en la misma casa pero junto a Cristo como hicieron hoy los discípulos con el Señor.

Pídele al Señor un corazón misericordioso y compasivo como el de Él. Teniendo un corazón como el de Jesús podemos reaccionar ante los imprevistos con paz, con entrega y satisfacción, no con fastidios o con rabias. Puedes cambiar tus planes para hacer una obra buena en favor de nuestros hermanos, de Cristo y del Evangelio. 

Que el Señor aumente nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad.¡Qué así sea!




Entradas más populares de este blog

Algo de mi, 25 antes y después.-

VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO -Ciclo C-

GRACIAS VIRGEN DE LA CABEZA