SOLEMNIDADE DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Jn 21, 15-19
«Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas»
Hoy celebramos la Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo. Hoy nos invita la Iglesia a rezar por el Papa para que desempeñe su ministerio con fidelidad.
El Papa es el Vicario de Cristo y por ser su vicario, sucesor de San Pedro es alguien que tiene derecho a recibir nuestra obediencia, nuestro respeto y afecto. No es el jefe de Cristo, Cristo es el jefe. El Papa solo es un servidor, que apacienta los corderos y las ovejas de Jesús, el Buen Pastor.
San Pablo, al apóstol misionero es también vicario de Cristo. Pero sus enseñanzas están garantizadas porque recibe de los apóstoles, de Pedro en Jerusalén, el visto bueno. Primero se pone bajo la autoridad de Pedro, lo reconoce como la piedra sobre la que el Señor edifica su Iglesia.
Jesús es la Palabra, es el mensaje. Es el primero, nadie es dueño del mensaje porque el mensaje es Jesús y Jesús es Dios. Después de la Ascención vino el Espíritu que hizo entender todo, pero el mensaje siguió subsistiendo en lo que hoy llamamos Palabra de Dios, en los escritos del nuevo testamento: cartas y evangelios.
Las cartas tienen mensajes, pero comienzan también hacerse con ellas interpretación del mensaje. Así por ejemplo San Pablo adopta el mensaje, lo hace suyo y lo adapta a sus comunidades pero siempre en fidelidad al mensaje. Más adelante esa interpretación se amplia en los escritos de los llamados padres de la Iglesia, que forman la tradición o traditio, que es la interpretación fiel y coherente de la Palabra, nunca sin contradecirse.
Aparte aparece una tercera voz, la del magisterio, reservada al Papa y a los obispos en comunión con el Papa.
Tres pilares íntimamente relacionados: el magisterio del Papa, que nunca puede desmentir o corregir lo que antes ha enseñado el predecesor; la Tradición y la Palabra.
Por eso es tan importante este texto del evangelio de hoy, en el que el Señor le manda a su vicario Pedro a confirmar en la fe a sus hermanos. El Papa no es el dueño de la fe, no es el dueño del mensaje. El dueño es Cristo. El Papa es es el primer servidor del mensaje y también los obispos en comunión con él.
Recemos por el Papa, sea quien sea, todos los días. El es la cabeza de la Iglesia, tiene derecho a nuestro respeto y nuestra obediencia para que su magisterio se mantenga fiel con la Tradición y la Palabra. ¡Qué así sea!