Palabras de acción de gracias del Pbro. Gustavo Ulloa Suárez en la Eucaristía celebrada en la Parroquia Santa Lucia de Ciudad Ojeda en ocasión de sus bodas de plata sacerdotales

Alabo a Dios por esta tierra de gracia y bendición en la que Él me permitió vivir una etapa importante de mi vida, esta tierra de sol y relámpagos que me hicieron deslumbrar el camino de la fe y de la vocación.

Cuando empezaba hacer un adolescente en esta tierra recibí el sacramento de la Confirmación de manos de Fray Narciso Llamazares. Para ese entonces ciudad Ojeda parecía una sola parroquia, y aunque vivía en Barrio Libertador y mi parroquia era Cristo Redentor, nos conocíamos todos, a esta parroquia de Santa Lucia solía venir. 

De hecho, mi primer grupo de discernimiento vocacional se reunía en esta parroquia, para aquel entonces regentada por el reverendo padre Fray Antonio Peláez. 
Una bendición de Dios que en estas tierras las semillas del evangelio fueran esparcidas por los frailes agustinos, también durante un tiempo por hermanitas agustinas que habían venido del Perú y que me acercaron al mundo de la pobreza en las extensas barriadas de Sierra Maestra y Barrio Obrero, entre ellas Ana Maria Otoniani, qepd y Rosa Mª Contreras. Gracias a sus iniciativas pastorales este servidor se encauzó a la vocación que hoy celebro.

Recuerdo el grupo vocacional agustiniano dirigido por estas religiosas y recuerdo a los compañeros de entonces, a todos ellos y ellas incluyo en mi acción de gracias. 

Quiero agradecer a mi padre Gustavo Ulloa y a toda mi familia aquí presente y también a los que están ausentes porque se han ido de este mundo o de este país; a mí abuela Josefa, a mis tíos y a mis primos, que en gloria de Dios estén.

Gracias primo-hermano, hermano sacerdote Néstor Ulloa-Espina. Gracias por haberme acompañado en mi tierra en el día central de estos 25 y gracias por recibirme ahora en tu parroquia. En deuda contigo, para que dentro de 10 años, si Dios me da vida en esta tierra, poder estar contigo en tus 25; y si ya me ha dado la vida eterna ten la seguridad que celebraré contigo desde el Altar del Cielo. 

También pido a Dios que nuestras familias sigan regalando vocaciones sacerdotales a la Iglesia, los Ulloa, Espina y Suárez.

Gracias hermanos y hermanas todos en la fe, gracias por sus oraciones; se que rezaron por mi en mi gravedad, gracias por compartir conmigo esta acción de gracias. Los llevo conmigo en mis oraciones, los encomiendo a Nuestra Señora del Rosario, a Santa Rita, mi madrina y a vuestra patrona Santa Lucia. Muchas gracias.! 

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