V DOMINGO DE PASCUA -Ciclo B-
Jn 15, 1-8
«El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto»
La semana pasada Jesús decía: «Yo soy el Buen Pastor». Recordemos esa expresión: 'Yo Soy'. Nos remite a la teofanía que tuvo Moisés cuando vió arder la zarza sin consumirse: "Yo Soy el que Soy" escuchó Moisés.
Por eso Jesús dice 'Yo Soy', porque Jesús es Dios, El es El que Es; El es Buen Pastor, pero también El es el Pan de Vida, El es la Luz del Mundo, El es la Resurrección y la Vida, El es el Camino, la Verdad y la Vida, El es la Puerta de las Ovejas. Y hoy nos viene a decir: «Yo soy la Vid Verdadera»
Está expresión "Yo soy la Vid Verdadera" es muy polémica, porque está haciendo referencia a otra vid, ¿a cual vid? A la vid falsa, a la vid artificial. ¿Saben dónde estaba esa vid artificial? En las monedas y en la entrada del Templo, habían esculpido en la entrada del Sanctorum una vid de oro, simbolizando a ese pueblo de Israel que se creía la Viña del Señor.
Pero resulta que esa vid falsa no puede dar frutos, termina dando frutos si, pero frutos amargos: crímenes, robos, asesinatos, abusos de poder, abusos sexuales, etcétera. Porque cuando al mundo lo mueve el oro y el dinero, el mundo se dirige al infierno, no al cielo.
Por eso Jesús dice hoy: "Yo soy la Vid Verdadera" y añade: "... y mi Padre es el Viñador". Por tanto, ¿quiénes somos nosotros? Nosotros somos las ramas.
Teniendo entonces a Jesús como la Vid, teniendo a Dios Padre como Viñador, entonces no se justifica que nosotros no demos frutos, tenemos todos los elementos necesarios para dar frutos, porque el objetivo de la planta de la vid es dar frutos, no tiene otro objetivo.
Decía el profeta Ezequiel en el cap.15: "¿para qué sirve una planta de Vid sino da frutos? ¡Para nada!" Porque otros árboles sino dan frutos pueden ser talados para hacer mesas, camas, sillas. Pero si la vid no da uvas no sirve para nada, porque el tronco de la vid no sirve para hacer artesanías, solo sirve para convertirse en leña.
Su única función es pasar la savia que van a las ramas para que den frutos.
Y Cristo es esa savia, es esa fuente de vida, es el Espíritu que nos llega a nosotros para que demos frutos tambien de la Vida de Cristo. Esa es la preocupación del Padre Viñador, que seamos portadores de la Vida de su Hijo.
Por eso es el Viñador, para quitarnos todo aquello que impida que la Sabía de su Hijo, la Palabra de Vida nos llegue. Nos quita el odio, el rencor, la mala disposición contra los otros, la indiferencia, la desconfianza, la prepotencia, la ira, la pereza; todo aquello que nos impida dar frutos. Eso es lo que Dios Padre quiere cortar de nosotros.
Y continúa el Evangelio diciendo: "Permanezcan en mi" ¿Qué quiere decir eso de permanecer en Jesús? Pongo un ejemplo. Imaginen a un enamorado, un enamorado no solo lleva la imagen de su amada en el celular, la lleva en su corazón a donde quiera que va, élla permanece en él en cualquier circunstancia. Ahora pregúntate: ¿tienes presente a Jesús en tu día a día como tiene el novio a su enamorada?
Pongamos otro ejemplo más bíblico. Israel sale de Egipto comandado por Moisés, pero ese pueblo que alcanza la libertad sigue sometido a Egipto porque sigue teniendo a Egipto en su corazón, incluso reprochan a Dios y a Moisés esa gracia. Ellos permanecen en Egipto. Por ese decían los rabinos que fue más fácil para Dios sacar a Israel de Egipto que sacar a Egipto del corazón de los israelitas, pregúntate: ¿Permanece Jesús en tu corazón?
Permanecer en Jesús es hacer que la vida entera gire en torno a Él, como gira la tierra alrededor del sol.
"Permanecer en Jesús" es el llamado del evangelio de hoy. Sino permanecemos en El, no podemos dar frutos.
La situación de la Iglesia evidentemente es muy mala. Hace ya varias generaciones rompió la tradición familiar de la fe, ya no hay transmisión de la fe de padres a hijos. Muchos han ido a la increencia, a veces han tomado hasta posiciones hostiles a la fe de sus mayores; otros se ha ido a sectas; y algunos pocos quedan, son los que mantienen la batalla bajo la bandera de Cristo; y también hay otros que piden que la Iglesia y el evangelio se adapten al mundo.
¿Pero qué nos dice Jesús? Jesús no dice que si nos adaptamos al mundo vamos a dar fruto, solo si estamos unidos a Él podemos dar frutos.
¿Qué sentido tiene la Iglesia sino es la familia de los hijos de Dios, creyentes en Nuestro Señor Jesucristo y que vive para dar gloria a Dios y por amor a Dios ayudar y servir a los hombres?
¿Qué sentido tiene la Iglesia sino es eso? No tiene sentido, su existencia ya deja de estar justificada sino estamos unidos a Cristo, cada uno y en conjunto.
El Señor lo dice con toda claridad: "el sarmiento que no está unido a la Vid no da fruto,se seca". Y cuando no estamos unidos a Jesús, que es la Vid, y nos secamos en lugar de escuchar la Palabra de Jesús y examinar qué estamos haciendo, en lugar de ver si estamos unidos a la Vid o no, empezamos a pensar que hay que estar más dóciles al mundo.
Jesús ha dejado de ser nuestro referente supremo. Ha pasado a ser una voz más y a veces la menos importante. Tenemos que estar unidos a Cristo, es el único camino de salvación.
¿Pero qué significa la unidad con Cristo? En primer lugar es una unidad espiritual, una unidad del corazón. Es decir, la oración personal. Sino hay oración personal de cada uno y de todos como cuerpo, como familia. Sino hay oración personal es imposible todo lo demás. Sino hay oración, sino hay encuentro diario con el Señor.
Es verdad que a veces la oración será más intensa, a veces a lo mejor no sientes nada en la oración, a veces te distraerás. Pero hay oración, y eso tiene que ser lo primero: el rezo del oficio diario de los sacerdotes, la Eucaristía que no podemos reducirla solo al Domingo, la Visita y la adoración al Santísimo, el rezo del Santo Rosario, la lectura del Evangelio. Oración en primer lugar.
También nos unimos a Cristo por el Sacramento de la Confesión y de la Comunión ¿Cómo estás con la confesión? ¿Te acercas al Sacramento de la Reconciliación? ¿Cómo puedes comulgar habiendo ofendido a Cristo? Le has clavado un puñal a El ofendiendo a un hermano. ¿Has olvidado aquello del evangelio en el que el Señor decía si estás molesto con tu hermano vete primero a reconciliarte con tu hermano y después te acerca al Altar?
Quien odia a su hermano, quién no es capaz de perdonar, quién vive lleno de odio y resentimiento no puede acercarse a comulgar. No reduzcamos a puros pecados sexuales el impedimento para comulgar.
La comunión Eucarística es un camino que empieza con el bautismo, que exige una catequesis, en cualquier país del mundo se exige una preparación, y hay una confesión, la primera confesión. Se comulga cuando se ha hecho un recorrido, cuando se ha hecho un camino.
No puedes comulgar poniendo tu mismo las reglas, no puedes comulgar si estás en contra de la doctrina y la moral cristiana. Hay gente que comulga y está de acuerdo con el aborto por ejemplo, o con la eutanasia.
No sé puede comulgar sino estás en gracia de Dios, no se puede comulgar si le has clavado un puñal a Jesucristo en tu prójimo, y no se puede comulgar sino estás en comunión de doctrina con las enseñanzas del Señor.
¿Cómo estamos a nivel personal? ¿Cómo estamos a nivel de Iglesia? Dice Jesús: "si no están unidos a mi cómo la los sarmientos a la Vid, no pueden dar frutos" Unidad con la oración, Unidad con la aceptación de las enseñanzas de Cristo, Unidad con una vida que intente parecerse lo más posible a ese modelo que es el propio Jesucristo que nos enseñó y nos dijo: amense como yo los he amado, y solo entonces podremos dar frutos. ¡Qué así sea!