V DOMINGO DE LA CUARESMA -Ciclo B-

Domingo 17 / Marzo 
V Domingo de Cuaresma -B-
Jn 12, 20-33
«Si el grano de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto»

La segunda lectura de esta misa dice: "Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, siendo escuchado por su piedad filial".
¿Cómo dice entonces esa palabra que Cristo fue liberado? ¿Acaso no pasó por la cruz? Sin embargo dice, que Dios escuchó. Y Dios escucha siempre.

Dios puede escucharnos permitiendo que sigamos en la prueba, Dios nos escucha dándonos fortaleza para que resistamos la prueba. Dios nos escucha dándonos gracias para ser purificados e iluminados. Y Dios también nos escucha haciéndonos como el grano de trigo que muere para dar vida.

Y está segunda lectura sigue diciendo que Cristo "se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación eterna". Si entendemos que también nosotros podemos ser autores de salvación para los otros, entonces podemos entender el sentido del sufrimiento desde la fe. A Jesús también le costó la cruz, pero la entiende y por eso dice: no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Comento el evangelio. Los griegos que iban al Templo de Jerusalén querían ir a adorar, pero de repente se dan cuenta esos griegos que entre la mucha gente que había en esa explanada están dos discipulos de Jesús que podrían entenderlos en su idioma griego: Felipe y Andrés.

De seguro ya ellos habían oído hablar de Jesús y de sus discípulos, por eso inmediatamente se motivan a querer ver a Jesús. Ellos dicen: "queremos ver a Jesús". Jesús era el personaje del momento, Jesús empezaba a tener fuerza de atracción. 

Jesucristo les dice: Ha llegado la hora en que sea glorificado el Hijo del Hombre. Glorificado significa manifestado. Ha llegado entonces la manifestación de Jesucristo como Dios, pero tiene que pasar por la Cruz.

Recordemos que Dios se vale de un instrumento de muerte para dar vida: la serpiente de bronce. De igual forma, por otro instrumento de muerte, también tendremos Vida Eterna. 

Todo el que ve al Crucificado tiene vida eterna. No verlo solo con los ojos físicos, sino con los ojos de la fe; es decir, creyendo y sintiendo que ese acto de amor nos da vida, esa donación de la Vida que hace Jesús nos lleva a la felicidad. 

Quien no es capaz de donar la vida, no puede ser feliz. 

Necesitamos escuchar fragmentos del evangelio cada domingo, eso es necesario. Pero, ojo, tampoco nos podemos quedar solo con él fragmento y olvidar el conjunto. Se trata de ver el bosque, y no solo un árbol.

Cristo ha venido a salvarnos, y nos ha venido a salvar en tres tiempos:
1.- Nos salva en nuestras necesidades, cura nuestras enfermedades, da de comer al hambriento, es lo que hace la Iglesia hoy.
2.- También nos salva por su enseñanza, por su Palabra. Por eso es necesaria la formación y la auténtica y exigente transmisión de la fe. No solo nos da el pescado, sino que también nos enseña a pescar. Por eso en las parroquias es tan importante Caritas, como lo es la Catequesis. 
3.- Hay un tercer paso que está en el agradecimiento, en dar gracias y se da gracias a Dios por las obras, no con palabras. La primera, la Eucaristía y la segunda por las obras de Misericordia. Hasta que no seamos agradecidos, la salvación de Cristo no se ha realizado en nosotros. 

Por lo tanto, el plan redentor de Dios se da en estos tres tiempos. Es todo un bosque, no es solo un arbol. Y la Cuaresma es para recopilar esos tres tiempos en nuestra vida. Cristo quiere atraerte hacia El desde la Cruz, es decir, dándote su vida: ¿Cuál es tu respuesta?  ¿Qué puedes darle tu al Señor? 

Cristo es tu Salvador, ha venido darte la Vida con su Palabra, con su enseñanza y también invitándote al agradecimiento. Aprovecha lo poco que queda de Cuaresma para que empieces agradecer porque El te ha salvado. ¡Que así sea! 


Entradas más populares de este blog

Algo de mi, 25 antes y después.-

VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO -Ciclo C-

GRACIAS VIRGEN DE LA CABEZA