VIACRUCIS, CAMINO A LA CRUZ
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.-
Te adoramos Cristo y te bendecimos./
Te adoramos Cristo y te bendecimos./
Te adoramos Cristo y te bendecimos./
Te adoramos Cristo y te bendecimos./
Te adoramos Cristo y te bendecimos./
Te adoramos Cristo y te bendecimos./
Te adoramos Cristo y te bendecimos./

Te adoramos Cristo y te bendecimos./
Te adoramos Cristo y te bendecimos./
(Ofrece al Padre Celestial las intenciones de este Viacrucis, pídele por los enfermos, por los que sufren en su alma y en su cuepo, por los tristes y afligidos, por los que han perdido la fe y la esperanza).
Oración.-
Padre Misericordioso y Eterno te ofrezco los pasos de la pasión dolorosa de tu Hijo Jesús, esos pasos que nos condujeron a la Reconciliación plena contigo, que nos abrieron las puertas del cielo, ese cielo que no nos merecemos pero que por puro amor tuyo nos has reservado por la Pasión y Muerte de tu Hijo Jesucristo. Te pido Padre que nunca deje de seguir a tu Hijo con mis cruces de cada, que nunca reniegue de ti, que nunca me falte la fe, que con El pueda llegar a gloria de la Resurrección. Amén
1.- PRIMERA ESTACION: Jesús es Condenado a muerte.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Padre, el inocente fue condenado por mi; porque son mis pecados los que merecen esa condena. Pero tú y tu Hijo me aman infinitamente y quieren darme la Vida, quieren darme el Cielo. Que el Santo Espíritu me ayude a permanecer fiel a esa entrega generosa de tu Hijo, mi Salvador.
Padre Nuestro...
2.- SEGUNDA ESTACIÓN: Jesús carga con la cruz.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Una cruz pesada y aplastante, una cruz que derrota al condenado, una cruz que pone fin a ese proceso injusto al que fue sometido. Pero una cruz que no es el fin, que no frustra, que no aniquila; una cruz que apunta al cielo, que abre la Esperanza.
Ave María...
3. TERCERA ESTACIÓN: Jesús cae por primera vez.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo
!Cuántas caídas llevo tu Hijo camino al Calvario, Señor! Serían más de tres, de seguro en algunos momentos no podía ni caminar y hasta se arrastraría por esas calzadas. Pero permaneció firme mi Señor. El sabía que su sufrimiento no era en vano.
Gloria al Padre...
4. CUARTA ESTACIÓN: Jesús se encuentra con su Madre.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Gracias Padre Bueno por darnos a la Madre de tu Hijo también como nuestra Madre. Ella me acompaña en mis tribulaciones, en mis sufrimientos. Que Ella aparezca siempre ante mi cuando vaya con mi cruz a cuesta.
Padre Nuestro...-
5. QUINTA ESTACIÓN: Jesús es ayudado por el Cireneo.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Nunca me abandonas Padre, perdóname porque a veces dudo de ti. Perdona mi falta de fe, perdona porque no te veo cuando me ayudas camino a la Cruz. Regáleme también la gracia de convertirme en un Cireneo para mis hermanos que sufren más que yo.
Ave María...
6. SEXTA ESTACIÓN: La Verónica seca el rostro de Jesús.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
¡Veronicas y Cireneos, y tantos otros que tuvieron compasión de tu Hijo Jesús! Bendice Padre a tantos hombres y mujeres que hoy asisten a los inocentes que sufren sin culpa, que son explotados y esclavizados, que son torturados. Bendícelos Padre Bueno.
Gloria...
7. SÉPTIMA ESTACIÓN: Jesús cae por segunda vez.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Ayúdame a levantarme Padre, no permitas que la cruz me venza, que pueda siempre sobreponerme; que la fe y esperanza me den el impulso que necesito para ponerme de pie.
Padre Nuestro..
8. OCTAVA ESTACIÓN: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Tu Hijo que merecía ser consolado es quien consuela a las mujeres que con sus lágrimas piden piedad y compasión. El las anima a seguir luchando, a seguir lavando con sus lágrimas esas situaciones de impiedad e injusticia. Esas lágrimas son nuestras luchas Señor, ayúdanos.
Ave María...
9. NOVENA ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
¡Y vuelve a caer tu Hijo, Padre! Y vuelvo a caer yo bajo el peso de mis pecados. Levántame Señor, no me dejes tirado en el suelo y sin fuerzas. Regálame Tu Espíritu.
Gloria al Padre...
10. DÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es despojado de sus vestiduras.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Desnudo y con vergüenza me deja el pecado, también tu Hijo sin ser pecador sufrió esa afrenta, la de ser despojado de sus vestidos. Y lo llenaron de oprobio y vergüenza, y El nos devolvió la vestidura de la Gracia y de la Nueva Alianza que selló con en su Cruz.
Padre Nuestro...
11. DECIMOPRIMERA ESTACION: Jesús es clavado en la Cruz.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
La tortura terrible y humillante reservada para los criminales la sufrió tu Hijo por mi. A cambio de clavos y martillo nos devolvió la libertad que habíamos perdido, y con la libertad, la dignidad de ser tu Hijo, Ave María...
12. DECIMO SEGUNDA ESTACIÓN: Jesús muere en la Cruz.
Te adoramos Cristo y te bendecimos./
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús nació y también tenía que morir porque siendo Dios se hizo verdadero hombre y no podía escapar de ese episodio que nos ocasiona tanto miedo. Gracias Padre Celestial porque tú Hijo, con su muerte, me rescató de mi muerte y me condujo a la Vida en el Cielo.
Gloria al Padre...
13. DECIMO TERCERA ESTACIÓN:
Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de su Madre.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
La mujer que lo sostuvo en sus brazos cuando vino a la vida, ahora lo sostiene en sus brazos siendo ahora un cadáver. Regálame, Padre, la fe de María, regálame el convencerme que la muerte no es el final.
Padre Nuestro...
14. DECIMO CUARTA ESTACIÓN: Jesús es sepultado.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
¡Tinieblas, tristeza, soledad! Es lo que primero que sentimos en un entierro. Pero en medio de esas tinieblas está la promesa y la Palabra de tu Hijo: Yo soy la Resurrección y la Vida. En el sepulcro no se quedó, ayúdame a seguirlo Vivo y Resucitado.! Amén
Ave María...
Oremos: Señor Jesucristo, tú nos has concedido acompañarte, con María tu Madre, en los misterios de tu pasión, muerte y sepultura, para que te acompañemos también en tu resurrección; concédenos caminar contigo por los nuevos caminos del amor y de la paz que nos has enseñado. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén