3er DOMINGO TIEMPO ORDINARIO -B-

Domingo 14/Ene
Jn 1, 35-42
«Vieron dónde vivía y se quedaron con El»

El relato del evangelio nos narra las primeras llamadas que Jesús hace a sus discípulos, los llamó para que estuviera con El. Estos hombres tuvieron la valentía de seguir a Jesús y en ese seguimiento encontraron el sentido de sus vidas.

La vida cristiana comienza con una llamada y es siempre una respuesta, hasta el final. No hablamos de personas del pasado. 

Dios, el Señor, nos ha llamado a cada uno de nosotros; cada uno ha sido llamado por su propio nombre. Dios es tan grande que tiene tiempo para cada uno de nosotros, me conoce, nos conoce a cada uno por nombre, personalmente. 

Cada uno de nosotros ha recibido una llamada personal. Creo que debemos meditar muchas veces este misterio:

Dios, el Señor, me ha llamado a mí, me llama a mí, me conoce, espera mi respuesta como esperaba la respuesta de María, como esperaba la respuesta de los Apóstoles

Solo siguiendo a Jesús tiene la vida sentido, en el seguimiento a El hay un desprendimiento, una renuncia; pero para ser llenado por algo mucho mejor. El sentido de la vida lo da Cristo, fuera de Cristo no hay sentido. Puedo estar enfermo, incapacitado, anciano, sin dinero, pero si tengo a Cristo lo tengo todo, ya lo demás no importa. 

Cuánto bien se hace cuando se sigue a Cristo, haces bien a tu prójimo y te haces bien a ti mismo. Nadie te puede quitar la paz, la alegría y la gracia cuando sigues a Cristo, que además te regala la Vida Eterna. Y esa promesa de la Vida Eterna relativiza todo lo que está a nuestro alrededor.

Vuelvo a repetir, seguir a Cristo le da sentido a la vida. Sigamos al Señor, el que pueda que se consagre, decía San Pablo y el que no pueda, pues, que se case, que los esposos también pueden seguir a Cristo.

¿Qué buscan?, pregunta Jesús. Hoy Jesús te hace esa pregunta: ¿qué buscas? En qué gastas tu vida, ¿a dónde diriges tu corazón? Porque cada domingo dices en la Eucaristía que tú corazón está levantado hacia el Señor, ¿realmente es así? ¿tu corazón vive orientado hacia Dios? ¿pones tu corazón en Dios cuando llegan los acontecimientos adversos de la vida?

Jesus pregunta y los discípulos responden con otra pregunta, ellos dicen: ¿dónde vives? Ellos están claro que buscan a una persona que tiene un hábitat, y a eso le dan mucha importancia. Buscan al que su maestro el Bautista les había señalado, ya estos hombres estaban preparados para encontrarse con el que de ahora en adelante será El Maestro. 

¿Y cuál es la respuesta de Jesús? Jesus no les da una respuesta teórica, no les da una dirección. Jesus les dice: "vengan y lo verán", es decir Jesús los invita a ir a El. Este domingo el evangelio nos invita a ir a Jesús, entrar en su vida y aprender de El. Jesus siempre te espera, te espera en la Eucaristía, te espera en las horas santas de los jueves o primer viernes, te espera en ese silencio de su presencia. Es fundamental el trato personal con Jesús.

Jesús nos llama para estar con El, y eso es lo primero. Lo primero es conocer a Jesús y tener experiencia de El, sino sería en vano cualquier trabajo evangelizador. 

Vayamos a Jesús, quedémonos con El. El es El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, no lo borra, no lo disimula, el quita, desaparece el pecado del mundo, no de una familia, no de una sociedad, o de una nación, sino del mundo.

Sigamos a Jesús y quedémonos con El. Mira a Jesucristo y déjate mirar por El. 




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