IV DOMINGO DE ADVIENTO -Ciclo B-

Domingo 24/Dic
Lc 1, 26-38
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti... por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios»

Llegamos al final del Adviento con este cuarto domingo que inaugura la Navidad porque coincide con el 24 de diciembre, vísperas del Nacimiento del Salvador. 

El texto del evangelio nos presenta unos datos preliminares históricos interesantes, lamentable que muchos no se quieran detener en esa historicidad y se empeñen en seguir negando obstinadamente la garantía histórica de Jesús.

Primeros datos preliminares: el tiempo (la fecha), el nombre del ángel, el nombre del lugar y el nombre de la muchacha: María. 

El evangelista nos dice la fecha, nos dice "al sexto mes". Recordemos que los calendarios antiguos se confeccionaban por acontecimientos históricos importantes. Por ejemplo venía una olimpiada importante la gente empezaba a contar de este modo: año 1, 2, 3 de la olimpiada tal, y así sucesivamente hasta que llegara otro acontecimiento importante como por ejemplo el gobierno de un emperador, así decía año 1, 2, 3 del emperador X, y así sucesivamente.

Por eso si nosotros enmarcamos la fecha del nacimiento de Jesucristo en el calendario romano, entonces Cristo nació en el año 746 de la fundación de Roma, y si vamos al calendario deportivo, entonces nació en el año 192 de las olimpiadas, y si nos referimos también al gobierno, entonces diríamos que era el año 20 desde que a César Augusto se le dió el título de emperador. 

Hay distintas fechas, por eso cuando Lucas toma la fecha quiere hacer teología y habla del número 6. Y ese número es el momento de la intervención de Dios, Dios creo al hombre en el día 6to. Nos habla entonces el evangelista que Dios con Cristo realiza una nueva creación, una nueva humanidad.

Por eso el Evangelista no hace referencia a ninguna de esas fechas del calendario romano, sino que hace referencia a la fecha de la intervención de Dios en la historia. 

Cuando el hombre llegó a la luna, un líder mundial dijo: "hoy es el día más importante para la humanidad porque el hombre ha puesto su pie en la luna" pero otro líder le dijo: No.! El día más grande para la humanidad fue el día en que Dios puso su pie en la tierra.

Por eso no estamos celebrando hoy una fecha, estamos celebrando un acontecimiento de salvación, estamos celebrando que Dios se hizo hombre.

 Al sexto mes, el mismo angel, Gabriel, anunció a Zacarías en el Templo que iba a engendrar a Juan Bautista, ese mismo angel entra en casa de la muchacha inmaculada de Nazaret, ya no se presenta en la ciudad santa de Jerusalén como lo hizo con Zacarías, ahora está en el pueblo de Nazareth que era mal vista por los judíos. ¿De Nazareth algo bueno?, se repetían mucho.

Y esta muchacha se llamaba María, era el nombre de moda, como ha sucedido siempre. Recuerdan cuando todo el mundo en tiempos del Papa Juan Pablo II ponía ese nombre a sus hijos, o recientemente la moda del nombre Matías, lo mismo el nombre de María (Miryam) recordemos que así se llamaba la hermana de Moisés, pero también la esposa del gobernador Herodes que había sufrido mucho a causa de su marido, y en honor a ella muchos padres pusieron a sus hijas el nombre de María.

Y el arcángel entrando en su presencia le dice: "Alégrate", primero le da ánimo y le dice que Dios está con élla. Ahora veamos la reacción de María. 

Ella queda conturbada por ese saludo angélico, pero el angel sigue dándole ánimo y le explica lo que Dios hará con ella para dar inicio a su plan de salvación.  

Hay otro dato que también llama la atención del evangelio, es la tarea que encomienda el angel a María de ponerle el nombre a su Hijo: «le llamarás Jesús». Eso no le correspondía a las mujeres judías, eso era derecho del padre, no de la madre. Sin embargo aquí el evangelista Lucas nos quiere transmitir una gran enseñanza: "ese niño será hijo de Dios, hijo del Altísimo" No dice hijo de José, ni hijo de David, dice: Hijo de Dios, y reinará por siempre. 

El nombre de Jesús, con el que Cristo era llamado en su familia y por sus amigos en Nazaret, exaltado por las multitudes e invocado por los enfermos en los años de su ministerio público, evoca su identidad y su misión de Salvador. En efecto, Jesús significa: «Dios salva». Nombre bendito, que se reveló también signo de contradicción, y acabó escrito en la cruz, dentro de la motivación de la condena a muerte (cf. Jn 19, 19). Pero este nombre, en el sacrificio supremo del Calvario resplandeció como nombre de vida, en el que Dios ofrece a todos los hombres la gracia de la reconciliación y de la paz.

Después de la explicación del Angel, María respondió: ¿Cómo será eso, porque yo no conozco varón? El angel le explicó de que modo iba a proceder Dios y le dice que para Dios nada hay imposible. Es allí donde María dice de si misma que ella es la esclava del Señor y se pone a su disposición. 

Pon tu vida a la disposición del Señor como lo hizo María; que tengas Feliz Navidad. 





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